viernes, 29 de mayo de 2009

Como rellenar un parte de accidentes 2ª Parte


Dijimos que cumplimentar bien el Parte Europeo de Accidente es básico, así que vamos a echarle un ojo al formulario para tener clara la información que debemos consignar en cada campo. Como será un poco largo, lo haremos a golpe de ironía y tal pero sin perder de vista la importancia de todo este asunto. Vamos allá.




Si puedes, coge un ejemplar del Parte Europeo de Accidente para seguir el siguiente esquema. Si no lo tienes a mano o estás ya con las zapatillas y el pijama y/o no tienes ganas de ir al coche, puedes echarle un ojo a este que te dejo aquí (es un documento cutrescaneado fepo, pero servirá).

Tal como vienen codificadas las diferentes casillas del formulario, tenemos los siguientes campos:

Fecha del accidente (y hora). Siempre va bien saber en qué día vivimos. Y con un reloj puesto en hora ya tienes la mitad de la faena hecha. Sólo es cuestión de no confundirse al escribir.
Localización (país y lugar). Si no lo sabes, es cuestión de enterarse. Los vecinos suelen saber el nombre del pueblo, pero no necesariamente cómo se llama la calle en cuestión. Ojo con estas cosas.
Víctimas (incluso leves). Sí, una persona con un esguince es una víctima leve. Una persona con un orzuelo, no necesariamente. Volveremos sobre esto más adelante.
Daños materiales. Aquí se declara si los implicados han producido o no daños a otros vehículos distintos de los que protagonizan este par de hojas, o si han producido (o no) daños a otros objetos (edificios, mobiliario urbano, balizas…). Cuestión de sí o no.
Testigos. Cualquier ser racional con ojos en la cara es susceptible de ser testigo. Ahora es el momento de ampliar nuestro abanico social. ¡El mundo fue creado para hacer amigos! ¡Saca a relucir tu carismático don de gentes!
Asegurado. Es el momento de comprobar que los datos que consigna nuestro nuevo amigo coinciden con la realidad. Que no declare, por ejemplo, que el coche fue asegurado por Juan Luis Ciempiés Frigodedo, que no cuela. No, no cuela.
Vehículo. Lo mismo. De nada servirá que nos pongan que el coche del otro era un maserati a pedales (si no lo es, claro). Si el golpe ha sido contra el remolque de un vehículo articulado o un conjunto de vehículos, hay que recordar que los remolques también deben estar asegurados (nada de “con el seguro del automóvil ya sirve”).
Aseguradora. En el recibo del banco constan los principales datos. La carta verde se utiliza como certificado de seguro en aquellos países que aparecen al pie de la misma, ahí donde Irak suele estar tachado. Claro que, si vas de vacaciones a Irak, quizá tu menor problema sea tener que rellenar un parte para el seguro del coche.
Conductor. Es el momento de comprobar que los datos que consigna nuestro nuevo amigo coinciden con la realidad. Que no declare, por ejemplo, que el conductor era Carmelo Cotón Maduro. Y menos si el coche estaba asegurado a nombre de Juan Luis Ciempiés Frigodedo.
Indicar el punto de choque inicial con una flecha. Ahora llamo la atención sobre dos palabras: inicial y flecha. Ni toooda la zona afectada ni un pelotón de tinta amorfo con extrañas capilaridades. Repite conmigo: inicial y flecha.
Daños apreciados en el vehículo. Es el momento de aprender a abreviar. Sólo hay tres líneas, así que es cuestión de exprimir el ingenio. Aquí vale la pena tomar un trozo de papel y escribir un pequeño borrador. Indica sólo las zonas en general (”frontal”, “lateral izquierdo”, rollo Barrio Sésamo). No te refieras a piezas concretas, que tú no eres Superman y no tienes ni idea de cómo puede estar la cosa por dentro, y con los nervios ni siquiera estás seguro de que lo que ves sea lo único que hay (gracias, koerma).
Circunstancias. Esta es una de las partes chungas. Antes de marcar nada, léete todas las casillas una, dos o tres veces. Total, si eres lector de curvas rectas puedes con cualquier cosa. Presta atención a los verbos, que no es lo mismo ser que estar ni es lo mismo estar que quedarse, qué va, y piensa que es como si las frases estuviesen redactadas en primera persona. Ten en cuenta que más de una casilla hace referencia a dos situaciones diferentes, de las cuales tienes que tachar la que no proceda y dejar visible la opción correcta. Al final y sólo al final, cuando lo tengas todo muy claro marca las casillas necesarias y consigna el número de casillas marcadas (no te vayas a equivocar contando, hazlo dos veces).
Croquis del accidente. De acuerdo, el capó de un coche no es una mesa de dibujo, pero es que nadie te pide que reproduzcas un manet a bolígrafo sobre papel. Basta con que te imagines qué pinta tendría el plano de la zona, identifiques el lugar y esboces con gracejo dos rectángulos que harán las veces de vehículo A y vehículo B (y C, D… en el caso de colisión múltiple y salvaje). No te dejes las señales que haya por la zona. Los árboles, déjalos tranquilos. Esta es una parte que podéis hacer entre los diversos implicados. Es el momento de rendir homenaje a las clases de Plástica del colegio.
Observaciones. Cualquier otro dato relevante que se te ocurra en ese momento. Tampoco te tortures si no te viene nada a la cabeza. Luego tendrás una segunda oportunidad de relatar más cosas, aunque esta tiene la ventaja (y el inconveniente) de contar con el testimonio firmado del otro conductor. Si no te cabe todo, sigue en el reverso, en el apartado 25, pero no aproveches para contar tus memorias, que no se trata de eso. Brevedad y estilo telegramático. Total, si ya lo haces con el móvil no te vendrá de aquí. Eso sí, procura que se te entienda, por Dios.
Firma de los conductores. Si el otro no quiere firmar y eres incapaz de hacerle cambiar de opinión, vete preparando para llamar a la Policía. Eso sí, ten en cuenta lo que verás de aquí a unas líneas, cuando hablemos de las autoridades. Una vez firmada esta declaración por ambos implicados, se separan las dos hojas y esta primera página debe quedar más incorrupta que el brazo de Santa Teresa. No la modifiques ni para poner una simple coma.
Hasta aquí hemos visto la Declaración amistosa de accidente. Pongo una foto para relajar la vista y seguimos con la otra parte del parte (esto empieza a parecerse a una película de los Hermanos Marx, lo sé).



Seguimos pues. Ya en casa, después de haber tomado algo, nos sentamos a la mesa y comenzamos a leer la segunda página de la hoja del Parte Europeo de Accidente. Ahí lo primero que nos recuerdan es que ese papel debe estar en manos de nuestra compañía aseguradora en el plazo de siete días a partir del día siguiente a la fecha del siniestro.

Luego viene lo interesante (pido perdón: WordPress no me acepta el comando
  • y por tanto la lista sale ordenada de nuevo partiendo de cero; donde dice 1 debería decir 16 y así hasta llegar al punto 25). Vamos a destriparlo:

    Nombre del asegurado. Nombre de la persona sobre la que recae inicialmente la cobertura del seguro.
    Descripción del accidente. Ahora que estamos sentados, podemos explicar qué demonios ha pasado exactamente. Es nuestra versión particular de lo sucedido.
    Intervención de autoridades. Este es un asunto curioso. Si tras una colisión llamas a la Policía, vendrán uno o dos agentes y aconsejarán a los implicados rellenar un parte de forma amistosa. Más tarde, cuando ya nadie se acuerde de lo sucedido, en caso de que el conflicto entre las partes no se resuelva en un primer momento y haya que pasar a mayores (llámalo Juzgado, por ejemplo), será interesante contar con un atestado realizado por las autoridades. Pero en el momento de un siniestro, la Policía suele resistirse a levantar un atestado si no hay heridos o si nadie ha cometido una infracción grave o muy grave. Cosas que pasan.
    Datos del vehículo. Otra vez.
    Datos del conductor. Otra vez otra vez.
    Peritación. Como le decía el otro día a José Luis en su blog, en la familia hay que tener un médico, un abogado y un mecánico de confianza. Si no cuentas con este último, encomiéndate a quien tú prefieras, pero díselo a la compañía de seguros para que concierte una cita entre al menos el perito, el mecánico y tu vehículo (si quieres ir tú también, adelante). El perito irá al taller, observará el estado (lamentable) de tu querido coche y buscará con tu mecánico el equilibrio entre la calidad y el coste de la reparación. Hay compañías que pagan piezas de chapa nuevecitas sin pensárselo. Otras escatiman hasta el último céntimo. Tú sabrás con quién te juegas los euros cada vez que viene el recibo. Lo mismo en cuanto a los pagos a talleres: hay aseguradoras que te piden que adelantes el dinero y ya lo cobrarás tú algún día, y hay otras compañías en que ni te enteras de que ha pasado el dinero de unas manos a otras.
    Otros vehículos intervinientes. Estos son los invitados a la fiesta que no cabían en la otra página. En vez de llamarse A y B, se llaman C y D.
    Daños a las cosas y animales. Farolas, bancos del parque (un banco de los que tienen dinero dentro que presenta la puerta arrancada por un coche es otra cosa), el perrito faldero que en mala hora pasaba por allí…
    Daños a las personas. En esta sección caben hasta tres víctimas. Si el siniestro ha sido una masacre pública, hay que usar más partes de accidente. En cualquier siniestro con víctimas las autoridades deberían levantar un atestado (vuelvo a decir).
    Observaciones. Pues eso: otras notas al margen.
    Hasta aquí, lo que dice estrictamente el Parte Europeo de Accidente y una traducción a algo que confío que haya sido más inteligible que la versión original. Mañana le daremos la última vuelta de tuerca a este tema y tocaremos algunos puntos que normalmente no se tienen en cuenta pero que (creo que) todos deberíamos tener presentes.

    Ahora que ya hemos visto lo más esencial del Parte Europeo de Accidente, es hora de complicar un poco la historia (hasta donde den de sí mis escasos conocimientos, que como sabes se encuentran en fase de expansión). Hablaremos de responsabilidades, coberturas básicas, límites y colisiones con más de un vehículo implicado. Y acabaremos con un caso real de esos que dan que pensar sobre la moral de las personas.

    Fuente: Articulo de Internet
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